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La Naturaleza del Canto: Instinto y Aprendizaje
El canto de las aves, en general, es una mezcla fascinante de componentes innatos y aprendidos. En el caso del ruiseñor, esta dualidad es particularmente evidente.
Base Innata: Existe una predisposición genética. Un ruiseñor nace con la capacidad neurológica y fisiológica para producir sonidos y reconocer los cantos de su propia especie. Saben instintivamente que deben cantar y tienen una estructura básica sobre la cual construir.
Aprendizaje Crucial: Sin embargo, la complejidad y riqueza del canto de un ruiseñor adulto no es puramente instintiva. Los ruiseñores jóvenes deben aprender su repertorio escuchando a los machos adultos de su especie, preferiblemente durante un período crítico en sus primeros meses de vida. Este proceso se puede desglosar:
Memorización: El joven ruiseñor escucha y memoriza las frases y notas de los cantos de los adultos cercanos (sus «tutores» naturales).
Práctica (Subcanto y Canto Plástico): Más tarde, el joven comienza a practicar, emitiendo inicialmente sonidos incoherentes (subcanto), que gradualmente se van asemejando más a los modelos memorizados (canto plástico). Durante esta fase, el ave se escucha a sí misma y ajusta sus vocalizaciones para que coincidan con la plantilla memorizada.
Cristalización: Finalmente, el canto se «cristaliza» en un repertorio estable y complejo que el macho utilizará durante la temporada de cría para atraer a las hembras y defender su territorio. Un ruiseñor macho puede tener un repertorio de cientos de frases distintas.
¿»Enseñanza» en el Sentido Humano?
Cuando hablamos de «enseñar» a un ruiseñor, rara vez nos referimos al proceso natural de aprendizaje por imitación de congéneres adultos en la naturaleza. Históricamente, ha existido la práctica y la creencia de que se podía influir o mejorar el canto de un pájaro cantor en cautiverio.
Tutores Cautivos: Se solía mantener a pájaros jóvenes cerca de machos adultos considerados excelentes cantores, con la esperanza de que los jóvenes aprendieran de los «maestros». En esencia, esto replicaba artificialmente el proceso natural, pero en un entorno controlado y a menudo con fines comerciales o de competición de canto.
Instrumentos: También se usaron instrumentos como flautas específicas para pájaros o «serinettes» (pequeños órganos de manivela) para intentar «enseñar» melodías a los pájaros. Si bien algunas aves pueden incorporar sonidos de su entorno, la complejidad y estructura natural del canto del ruiseñor se aprende de manera óptima de otros ruiseñores.
Es importante entender que este tipo de «enseñanza» no es como un humano instruyendo a otro. El pájaro no comprende la instrucción directa. Lo que ocurre es que se le proporciona un modelo auditivo durante su fase sensible de aprendizaje. Un ruiseñor criado en aislamiento acústico, o expuesto solo a cantos de otras especies, desarrollará un canto muy empobrecido y anormal.
Implicaciones Éticas y de Conservación
La idea de capturar ruiseñores para «enseñarles» a cantar o para disfrutar de su canto en jaulas plantea serias cuestiones éticas. Son aves silvestres cuya complejidad vocal está intrínsecamente ligada a su biología reproductiva y a su entorno natural.
Hoy en día, los esfuerzos se centran en la conservación de sus hábitats (bosques caducifolios, sotos ribereños, parques con sotobosque denso) para asegurar que las poblaciones salvajes prosperen y que los jóvenes ruiseñores tengan la oportunidad de escuchar y aprender de los machos adultos en su medio natural. Proteger el entorno es la mejor manera de asegurar la continuidad de su maravilloso canto.
Si bien el ruiseñor posee una base innata para el canto, la riqueza y complejidad que tanto admiramos es fruto de un sofisticado proceso de aprendizaje por imitación durante una etapa temprana de su vida. No se les «enseña» en el sentido humano de instrucción directa, sino que aprenden escuchando e imitando a los maestros naturales: los ruiseñores adultos de su entorno. La mejor «enseñanza» que podemos ofrecerles es proteger los ecosistemas donde este asombroso proceso natural pueda seguir desarrollándose libremente.
Autora:Marisol De La Cruz De León
Psicologa Clinica,Miembro De La Fudación Verdees